Al aproximarse las vacaciones, quizás pienses que es momento de olvidarlo todo y sólo descansar, sin pensar en alguna otra cosa. Si lo haces, te equivocarás.
La razón es muy sencilla: los nuevos hábitos cuesta mucho asimilarlos, y se pierden con facilidad si vuelves a las viejas costumbres de las que tanto te ha costado desprenderte. Así que, lo mejor será procurarte una adecuada combinación de diversión y estudio.
Puedes comenzar elaborando un plan de trabajo/estudio para las vacaciones. Aquí puedes organizar tus días de descanso y los días de estudio. Para ello, coge un calendario y marca los días en lo que vas a estudiar.
Deja los días festivos, y algunos más, señalados para la familia (íntegramente para descansar). Te lo has ganado, ¿no?. De los restantes días elige tus horas de estudio. Puede ser por las mañanas y eso te obligará a levantarte a una hora razonable, dado que no tienes clases podrás aprovechar esas horas y tendrás todas las tardes libres para diversión u otras actividades.
La ventaja que tendrás al volver a clase es que habrás descansado, pero no tendrás la "pereza" de los que no han hecho nada durante todas las vacaciones; a ellos, generalmente, les costará varios días volver a tomar conciencia y recuperar sus hábitos de estudio.